Es frecuente, hoy día, referirnos a esta raza como Labrador, simplemente, aunque esto sea, por lo general, incorrecto. El Labrador es un cobrador de caza (retriever, en inglés). El Labrador Retriever, un importante miembro del grupo de los perros de caza, es un cazador profesional. El Labrador Retriever como mascota procede de perros cazadores que trabajaban duro y que podían pasarse horas y horas con aves de caza de las tierras del Norte sobre terrenos rigurosos.

Mientras que su Labrador Retriever como mascota quizá sólo le traiga las zapatillas y el diario de los domingos, hay que saber que sus abuelos perseguían faisanes, patos y otras aves salvajes.
Bien, ésta es la parte "retriever" de su nombre. ¿Y qué querrá decir Labrador? Para conocer los orígenes de la raza no debemos fijarnos en la península de Labrador, sino en la isla que hay junto a su costa sur, llamada Newfoundland (Terranova). La rica historia de la isla, habitada en sus orígenes por los esquimales de Dorset, se remonta al siglo XV. De todas formas, no fue hasta el siglo XVII cuando se convirtió en el refugio de pescadores rebeldes. Se cree que estos pescadores nadaron hasta la isla después de abandonar los barcos que pasaban cerca de ella. Como los pescadores tienden a ser espíritus libres (¡como muchos hoy día!), la isla continuó sin leyes ni gobierno de ningún tipo durante los dos siglos siguientes, a pesar de estar habitada por estos hombres.
Los primeros perros de la isla de Terranova se remontan a estos pescadores, ya que no hay evidencias de que los esquimales tuvieran perros ni los había cuando los pescadores llegaron allí. El Labrador Retriever fue llamado hace tiempo el Perro Menor de Terranova, pues se suponía que estaba emparentado con la raza Terranova. Pero los perros de esta raza, bien conocida por todos los amantes de los perros, son más grandes, de pelaje más abundante, con huesos fuertes y muestran mucho la influencia de sus orígenes mastín. Aun así, tanto el Terranova como el Labrador Retriever comparten una característica física sin par: los dedos palmeados.
El terreno y el clima de Terranova son severos, y ello requiere un perro que tenga un apoyo firme de los pies, y posea resistencia y capacidad para flotar. El tamaño del Labrador Retriever importaba mucho, ya que era necesario un perro pequeño que pudiera caber sin estorbar en sus botes. Los pies palmeados de este perro nos hablan de su buena capacidad para nadar, incluso en las aguas gélidas e inhóspitas del Atlántico Norte. Entre las otras características de los Labradores modernos idóneas para un perro forzado a sobrevivir en las brutales costas de Terranova, está el pelaje espeso e impermeable tan necesario para sobrellevar aquellas condiciones. Otra característica importante es su pecho amplio, necesario para nadar sobre las fuertes olas y las corrientes del duro Atlántico Norte. Ya que la isla era rica en caza, los pescadores pudieron usar a sus perros para variar y completar su dieta con las aves de la isla. Los habitantes de Terranova importaron perros de caza de calidad de Inglaterra, aunque había di ferencias en cuanto al tipo. La división de las razas cobradoras de la caza vino mucho después, y durante aquel tiempo (hacia 1780-1810), cualquier perro cobrador con el pelaje largo, rizado, corto u ondulado fue criado para dar lugar a otros perros de gran habilidad en este trabajo.
Los Labradores no eran los únicos perros que había en la isla, ya que los colonos trajeron ejemplares de otros tipos. De todas formas, a medida que la reputación del Labrador fue creciendo, los otros perros fueron sustituidos por éstos. Como la disposición y la habilidad del Labrador eran tan respetadas, los cazadores y los deportistas los consideraron sus favoritos. Los perros cobradores de caza sustituyeron pronto a los Pointers y a los Setters, que antes habían acompañado a esos deportistas (cazadores). Aunque el Labrador Retriever, tal y como lo conocemos hoy día, tiene tres colores aceptables, negro, amarillo y chocolate, los perros de Terranova eran principalmente negros. Estos perros negros pequeños fueron a veces llamados Perros de Aguas de San Juan y se dijo que eran «mejor que cualquier otro para la caza, con diferencia».
Un hecho frustrante para los entusiastas de esta raza es que los habitantes de Terranova no conservaron registros de los perros en los que confiaban tan ciegamente. La supervivencia en aquella desolada isla era una ocupación de tal intensidad y esfuerzo, que no quedaba tiempo libre para llevar cualquier registro.
El Labrador llega a Gran Bretaña
El segundo y el tercer conde de Malmsbury tienen el mérito de ser los que exportaron estos famosos Perros de San Juan desde Terranova a Gran Bretaña. En aquel tiempo (hacia 1825), estos perros eran a veces llamados Pequeños Perros de Terranova. Al tercer conde, el criador pionero de estos perros, se le concede el mérito de haber cambiado ese nombre por el de Labrador Retriever. Estos aristócratas y otros como ellos mantuvieron la pureza de los Labradores haciéndolos criar sólo con perros importados de Terranova, ya que eran excepcionales por sus habilidades natatorias, el cobro de la caza y la pelea. Se dice también que cualquiera de los cachorros de estos Perros de San Juan que hubieran sido cruzados con otros perros, conseguía generalmente mantener el firme aspecto del Labrador: negro, con el pelaje corto, una cola que no se enroscaba y los pies palmeados. Hacia 1870, la «raza» fue descrita como simétrica y elegante, y su temperamento era elogiado y considerado como un requisito para la utilidad del Labrador. No hay duda de que el compromiso de los primeros criadores para conseguir un temperamento digno de confianza contribuyó a la enorme popularidad de la raza como perro familiar.
Los mejores Labrador Retrievers amarillos nos conducen a un perro llamado Ben of Hyde, que nació en 1899. Fue cruzado con varias excelentes perras negras y sus genes están firmemente fijados en los criaderos en los que se crían los mejores Labradores amarillos de toda Inglaterra. Mientras que los perros negros han predominado sobre los de los otros dos colores, el periodo posterior a la segunda guerra mundial marcó un incremento en cuanto a la popularidad de los Labradores amarillos.
Lady Howe, en colaboración con Lord Knutsford, fundó el Labrador Club en 1916 y organizó la primera prueba de campo en 1920. Lord Knutsford estableció el primer estándar para el Labrador Retriever en 1923. El estándar es una descripción del ejemplar ideal de la raza. El estándar de Knutsford ha cambiado muy poco hasta nuestros días. Lady Howe, considerada una de las mayores criadoras de Labradores, produjo cierta cantidad de campeones duales, esto es, perros que consiguieron los títulos de campeones de belleza y campeones en las pruebas de trabajo. No fueron los últimos excelentes Labradores de Lady Howe los que llegaron a ser el primer campeón dual de la raza. Lo consiguió el perro Banchory Bolo, hijo de su primer Labrador, llamado Scandal. Bolo era el perro favorito de Lady Howe, y fue el ejemplar que la hizo quedar prendada de la raza Labrador Retriever.
La familia real británica ha estado asociada durante mucho tiempo al Labrador. El rey Jorge VI y la reina Isabel II apoyaron a los Labradores en las exposiciones a través de su criadero llamado Wolverton (actualmente llamados Sandrigham). El rey inscribió a algunos perros en la Exposición Canina de Crufts en los años veinte y treinta. La reina, de hecho, ha inscrito a sus propios perros en las pruebas de campo (esto es sólo para ilustrarles acerca del tipo de personas que se sienten atraídas por las pruebas de campo en Inglaterra). El rey Jorge fue el patrocinador del Labrador Club, y sustituido por la reina Isabel como patrocinadora, tras su muerte. Hoy día, la familia real británica sigue dando su apoyo a las pruebas de campo, y el campeonato anual se celebra en su finca de caza de Sandrigham, en East Anglia. La reina suele asistir al Campeonato Británico del Retriever en diciembre.
os perros británicos de muestra o los de caza son de tipo y aspecto atlético. Para que un perro pueda sobresalir en una prueba de campo, debe mostrar discipina, control e interés. Desde luego, es mucho más difícil para un perro hacerse con un campeonato en las pruebas de campo en Gran Bretaña que lo que sería hacerse con él en los EE.UU., donde esas pruebas no son más que meras y remotas imitaciones de la caza. En el Reino Unido, donde se originó el deporte cinegético, una prueba de campo consiste realmente en una cacería, lo que incluye aves salvajes y cualquier otra cosa que la Madre Naturaleza quiera aportar. Lo que hace que la caza sea excitante es la sorpresa, y ese elemento es también esencial en una prueba de campo. Las pruebas equivalentes en los EE.UU. son como actuaciones de tipo robótico de sus atípicos Labradores. Los perros de campo ingleses se parecen más a los Labradores, con diferencia; y no porque los deportistas (cazadores) se preocupen más del tipo que los americanos, sino porque no confían en esas pruebas tan estrictamente reglamentadas. Las habilidades naturales de los perros, no entorpecidas por el condicionamiento con collar y el adiestramiento tan consustancial a los americanos, son los principales objetivos de los deportistas británicos. En segundo lugar, el temperamento estable de los perros de campo británicos, en comparación con el temperamento nervioso de los perros de campo americanos, indica la superioridad del sistema británico, en el cual la naturaleza, el temperamento y el talento se combinan para conseguir el Labrador ideal como compañero de cacerías.
Mas: http://www.lrca.com.ar/
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