El nombre que recibe la raza tiene dos posibles orígenes. Por un lado se considera una derivación de la palabra celta beag que significa pequeño, mientras que por otro se sostiene que proviene de la palabra francesa begueule que significa boca abierta, quizá en referencia al estruendoso clamor que producen en el grupo.
Los orígenes de este perro son muy antiguos: existía ya en el siglo III como lo demuestra una poesía escocesa de aquella época. El Beagle encontró su momento de especial gloria en los tiempos de Isabel I que tenía un criadero en la corte, ocupándose de sus perros con gran pasión. Sucesivamente el Beagle tuvo períodos de olvido cuando se preferían perros más veloces para la caza de la liebre y otros animales. Ganó el terreno perdido cuando, al ser cruzado con el Harrier, se hizo más veloz y más seguro para la caza. Hacia la mitad del siglo XIX, es introducido en Francia que a partir de entonces se convirtió en su segunda patria.
Más adelante, por sus óptimas características naturales, se difundió también en América donde hasta hoy es muy popular tanto en las exposiciones caninas como en el ambiente de caza donde es utilizado para el zorro y el mapache. Actualmente esta raza es muy popular y difundida por todas las partes; apreciada por su carácter dulce y suave, por su gran limpieza y también porque su crianza y aseo prácticamente nunca presenta grandes dificultades.
Es un perro alegre, cuya función esencial es la de cazar principalmente a la liebre siguiendo su rastro. Es audaz y desarrolla una gran actividad con determinación y tenacidad. Es alerta, inteligente y posee un temperamento equilibrado. Es amable y vigilante, no muestra agresividad ni timidez.
El Beagle es un perro de estructura corporal compacta y robusta, que da la impresión de calidad sin ser tosco. Son nativos de la islas británicas, probablemente su origen se remonte al período isabelino mediante una cruza de Harrier con antiguos sabuesos ingleses.
Especializado en la caza de liebre, faisán, codorniz, tuvo utilización incluso, en la captura de peces. Pero aún hoy, sigue mostrando sus grandes dotes también como perro de compañía.
Virtudes del Beagle
El Beagle es una raza que encaja fácilmente en la mayoría de los hogares.
Quiere complacer a aquellos a los que quiere y estar a su lado todo el tiempo posible, medrando cuando está al lado de su gente querida.
Los Beagle pueden ser adiestrados, pero nunca trabajarán con la precisión con la que obedecen un Dobermann o un Shetland Sheepdog normales.
Cuando se le ordena \"Ven-vuelve\", la tendencia del Beagle es la de responder: \"Sí, en un minuto\" y seguir con lo que está haciendo.
Como el Beagle suspira por complacer, aprende lo que le gusta a usted (y que al mismo tiempo hace que él se sienta bien), y se esforzará por mantener este estado de cosas.
Será tan obediente como resulte necesario para que usted esté de buen humor, pero, como es un Beagle, pensará en algunos trucos innovadores para hacerle reír y mantenerle entretenido.
La vida con un Beagle siempre es divertida.
Con su instinto innato por la caza y por seguir un rastro, y su constitución corporal, es un perro atlético y funcional.
Puede saltar sobre su regazo y al interior de su coche, salir a dar largos paseos con su correa puesta y seguirle a usted cuando salga a correr por el bosque o por la playa.
También es de fácil cuidado y necesita simplemente una dieta estándar de buena calidad para perros, y con su hermosa y corta capa no necesitará un acicalado excesivo.
Necesita que le bañen ocasionalmente y un acicalado semanal, lo que incluirá que lo cepillemos para tener bajo control los pelos sueltos, y que le cortemos las uñas.
En el lado negativo, la tozudez del Beagle es legendaria.
El Beagle necesita un propietario que sea amable, aunque firme, tolerante e insistente, alguien que no pierda los nervios cuando el perro desobedezca caprichosamente: alguien que disfrute con los retos.
La \"música\" del Beagle es exactamente eso: música para algunos y ruido para otros.
Un Beagle solitario aullará y, en las ciudades, esto no contribuirá a las buenas relaciones con sus vecinos.
¿Quién es el propietario ideal?
El Beagle, debido a su inherente disposición natural y formal, encaja en la mayoría de ambientes familiares.
No hace falta ser un propietario muy dominante para ser amo de este perro.
El Beagle, al igual que casi cualquier otra raza, necesita sentirse un miembro de pleno derecho en su hogar.
Medrará con un propietario que le lleve a dar largos paseos diarios, le saque a dar pequeños viajes en coche y vea con él la televisión por la tarde.
Una pareja en la que ambas personas trabajen puede proporcionar un buen hogar a un Beagle si no le dejan fuera del hogar cuando llegan a casa y se le incluye, siempre que sea posible, en las actividades vespertinas y del fin de semana.
Generalmente se lleva bien con los niños de cualquier edad, siempre que hayan crecido juntos y los niños sean amables, cuidadosos y considerados con el perro.
Los niños y los perros hacen una buena pareja, siempre que los niños tengan presente que un perro es como una persona con pelo y no un oso de peluche o una muñeca.
El Beagle es bastante activo y adora las largas y vigorosas caminatas, al ser un perro de exterior. Al tener un instinto de caza muy fuerte, esta raza debe ser mantenida con una correa o en un jardín cerrado, debido a que suele escaparse si algo llama su atención. Se recomienda dos largas caminatas diarias debido a su gran resistencia y al ser infatigables. El Beagle se adapta mejor si posee un hogar con un gran jardín.
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